Esta es mi primera entrada del año, entrada que estoy escribiendo un 24 de diciembre en la mañana porque no puedo seguir durmiendo con el calor.
Me he debatido mucho en como quiero seguir con esta publicación. Con tres trabajos al hombro en el último mes, mi idea de publicar algo dos veces por semana se me fue a la basura, y quizás eso fue algo bueno. Siempre he usado la última semana del año para reordenar mi vida para el siguiente. Borrar correos, mensajes, chats, limpiar mi galería de fotos, mis redes sociales, hacer mis visionboards; sí, más de una, la que tengo de fondo de pantalla, y de bloqueo en el computador y la que tengo de fondo de pantalla en el celular, y planificar el año que se viene ahora que tengo un trabajo fijo y un proyecto en la mano que lo único que hace es crecer. El problema es que no sé dónde cabe la escritura en todo esto. Pareciera ser que las letras son lo único que no cabe en mi cabeza y mi vida; y eso es algo que el nuevo año tiene que cambiar.
He estado pateando escribir una carta de presentación para un diplomado que quiero hacer el 2025 (o supongo que este año, considerando) y supongo que la procrastinación es una forma de autosabotearme. Si no escribo la carta no entro al diplomado, si no entro no me tengo que preocupar de la única razón por la cual entré a estudiar literatura en primera instancia, convertirme en editora. De cierta manera seguir teniendo esta publicación me hace una especie de escritora y de editora, pero siento que la certificación me va a ayudar a llegar donde quiero estar; en parte.
Ahora que es 2 de enero del 2025 mi página (esta) tiene un nuevo dominio. Por alguna razón no era “punto cl”, algo que no pensé en el momento en que la empecé (y por cinco segundos pensé que iba a perder toda la página), pero siento que “punto cl” en vez de “punto com” le da aún más carácter y es aún más mía.
Todavía me estoy cuestionando mucho el formato de todo esto porque no me gusta del todo lo que estoy haciendo ahora, hay muchos elementos que se sienten innecesarios y no coinciden con lo que quiero en este momento (tampoco sé exactamente qué es eso). Hay muchas cosas en mi vida que cambiaron el 2024, tanto así que pensé que ya no querría más cambios, algo que es natural, que sucede todos los días. Pensé que no estaba lista, definitivamente no estaba dispuesta a tanto cambio. Muchas veces sentí que me iba a volver loca si las cosas seguían cambiando, cosas que no podía controlar y algunas que sí. Pero ahora entiendo que el cambio tiene que pasar, tiene que suceder. Es algo absurdo quedarse en un mismo lugar solo porque no me siento lista, porque no estoy dispuesta. Quiéralo o no, el cambio se va a venir igual, quiéralo o no, la ola que estaba ignorando me iba a mover, y que bien que me hizo que me moviera y de pasada me remeciera un poco. Ahora se que no tengo que esperar a cambiar para hacer cosas, para iniciar proyectos, porque siempre va a haber algo, siempre va a pasar algo y depende de mí el cómo tomarlo.
Nunca pretendí que esta publicación se volviera algo tan personal, a pesar del nombre con el que la bauticé, pero aquí estoy, una vez más escribiendo mis pensamientos en un documento de Word con la esperanza que mis palabras resuenen con alguien.
Se que hay muchas cosas y muchas personas por las que estoy agradecida, con esa energía entré al 2025 y con esa energía quiero seguir escribiendo esto. Todavía no tengo la película tan clara, todavía no tengo un calendario ni claridad con lo que quiero lograr realmente con está página, pero supongo que todo es parte de la evolución (y que sea lo que tenga que ser).