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Nunca me ha gustado demasiado creer en la manifestación. Muchas veces las he intentado sin mucho resultado, o más bien sin el resultado que esperaba. Siento que existe esta idea de que las manifestaciones lo pueden con todo, incluso con las cosas que están absolutamente fuera de nuestro control. Pero eso no significa que no crea en la importancia de hablar las cosas, decirlas en voz alta para que el universo las escuche, escribir en cada luna nueva lo que queremos para nuestras vidas, el saber de planetas y constelaciones y astrología para poder sacarle provecho a todo lo que el universo nos puede dar y sacarles provecho a nuestras vidas, en creer en lo que queremos y agarrarnos a eso hasta que funcionen nuestros sueños.
Hay muchas personas que probablemente harían caras leyendo esto; la astrología no existe, las manifestaciones no son reales, etc. Y estas mismas personas son las primeras en intentar usar la lógica para explicarte como las palabras son simplemente eso, palabras, y no porque escribas diez veces en un cuaderno algún tipo de afirmación como “todo lo que busco me busca” o “todo funciona a mi favor” significa que se hará realidad mágicamente. Que los planetas son masas de… lo que sea que están conformados los planetas, y que es imposible que algo tan lejano tenga tanto poder en nuestra vida diaria y en cómo, potencialmente, pueden influir en la sociedad como un todo. Que los patrones que estamos viendo repetirse son coincidencia o algo sociológico. Hasta nuestros mantras son afirmaciones, por lo tanto, manifestaciones de algún tipo, algo que muchas veces no nos damos cuenta que terminan pasando, lo queramos o no. Repetir cosas como “no me va a importar que x cosa pase si hago x otra cosa.” (claramente estoy en un headspace muy específico escribiendo esto y realmente no me importó lo que pasó después) o “yo me la puedo” cuando estamos dos horas mirando la pantalla del computador sin poder hacer lo que sea que tenemos que hacer.
Creo que no hay una definición oficial para el tipo de manifestación del que estoy hablando. Existe en el colectivo más como un sinónimo como declaración, o afirmación, o externalización, que se convirtió en un fenómeno aparentemente de la noche a la mañana.
(Voy a dejar un artículo que encontré en el internet que habla un poco más del tema de las manifestaciones y como se pueden hacer que funcionen) (revista ELLE)
“Todos manifestamos, las 24h del día. La manifestación no es una opción que encendemos o apagamos, es la manera con la que creamos nuestra realidad entera. Al igual que la ley de la gravedad siempre actúa, creamos en ella o no, la ley de la atracción siempre está en acción.” -Maïté Issa
Hace tres años estaba sentada en el mismo lugar en el que estoy ahora, el patio de mi casa, aprovechando el milagro de los 20 grados en invierno, leyéndome El Rojo y el Negro para mi tesis, que en términos muy simples habla del poder de la palabra y como estas pueden cambiar realidades. En muchos párrafos plantee lo mismo que estoy planteando ahora, como algo tan simple como una palabra, una oración, una afirmación puede llevar a una acción que puede cambiar el rumbo de la sociedad, de como percibimos ciertas cosas, de como nos movemos como individuos en nuestro día a día. Porque la verdad es que las palabras tienen más poder del que creemos, aunque no lo queramos. Si muchas de las cosas que empiezan como una simple idea han llegado a crear revoluciones enteras, han cambiado la vida como la conocemos ¿cómo no lo van a hacer las palabras que nos decimos en el diario?
No puedo ser la única persona que se ha arrepentido de decir algo en voz alta, algo en la rabia o por lo contrario, en la euforia del momento, porque la verdad es que nunca sabemos como nuestras palabras van a ser interpretadas, nunca se va a entender del todo la intención detrás en una primera instancia (esto sumándole las conversaciones por Whatsapp que siempre pueden quedar muy en el aire), y me pasa que todo esto lo veo como una línea muy delgada entre hacernos responsables por lo que decimos y entender que no siempre nos podemos responsabilizar por como la otra persona va a reaccionar ante lo que decimos (algo que reconozco es demasiado difícil). Cada cosa que decimos a cada persona con la que nos cruzamos puede alterar el curso de nuestro presente y nuestro futuro, y el de ellas.
La verdad es que las palabras nos atan a las personas a las que se las decimos, lo queramos o no. Generalmente pasa de una manera en la que no nos damos cuenta y probablemente nunca más nos volvería a afectar en nuestra vida diaria ¿por qué debería? La mayoría de las personas con las que interactuamos son desconocidos que no vamos a volver a ver, pero sabemos que palabras como “por favor”, “gracias”, “te amo” son importantes. ¿Por qué no podría suceder lo mismo con el universo? Todas las veces que maldecimos a alguien o a nosotros, cuando nos tratamos bien, o mal. Las palabras moldean la forma en la que nos comportamos con otras personas, y en muchas ocasiones nos damos cuenta muy tarde; o, por el contrario, nos arrepentimos de no haber dicho lo que queríamos a la persona a la que estábamos dirigiendo nuestra atención. Entonces, si sabemos todo esto ¿por qué creemos que cosas como la manifestación no pueden tener el mismo efecto? ¿Por qué la astrología no puede ser real? Estas creencias que hoy en día vemos como esotéricas armaron el pasado, las creencias de civilizaciones como la griega, o si pensamos más cerca de casa, las culturas mayas, aztecas, incas.
No sabemos lo que nos deparan las palabras hasta que las decimos en voz alta, y la verdad es que probablemente nunca sepamos con exactitud como funciona o si es todo verdad o mentira, algo del inconsciente colectivo que fue demasiado lejos. Lo que si sabemos y creo que es algo en lo que podemos tener seguridad es que todo lo que digamos, el universo, de una u otra manera, está escuchando. Y de alguna u otra manera somos nosotros lo que tenemos el control de como utilizarlo.