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Nunca sé cómo empezar las introducciones a estas ediciones. Supongo que primero voy a empezar con un… ¡feliz domingo! Mi último domingo teniendo 24 años, además.
Este último tiempo he estado tratando de “reinventarme”, limpiar mis redes sociales y todo lo que ya no me haga feliz o lo que ya no me aporte, y creo que es lo mejor que he hecho por mí en años. Lo que sí, me ha costado conciliar algunas cosas y con algunas personas.
El viernes celebré mi cumpleaños, en realidad mi no cumpleaños número 25 con mi mejor amiga que por coincidencia cumple años el mismo día que yo, y para alguien que no le gusta su día de cumpleaños, estos últimos años me ha encantado celebrarlo. Este fue el primer año en el que organizamos con suficiente anticipación para que quedara todo hermoso, Pinterest hermoso.
El tema era primavera, flores, cena con velas, una tabla con picoteo, macaroons (todo bien aesthetic) Mandamos a hacer una torta que obviamente les dejo el dato porque quedó hermosa y estaba riquísima. La cuenta de Instagram se llama Cakesmarilis y tiene los mejores diseños y la mejor torta casera que he probado.



Como dije, nunca me ha gustado celebrar mi cumpleaños. Que mentira, no puedo decir nunca, pero desde que crecí (podría decir que desde la adolescencia) que ya no me gusta la idea de celebrar mi cumpleaños. No por un tema que me de tristeza o algo, como a mucha gente le pasa, pero siento que no ha sido algo importante o relevante. Al mismo tiempo me da miedo decepcionarme porque siempre he sido una persona con muchas expectativas y que se imagina demasiado las cosas.
Pero antes de ponerme toda tensa e intensa con mis pensamientos y opiniones, vengo a traer una lista de películas y series para Halloween que no son necesariamente de terror (porque nunca me ha gustado el terror), pero si lo suficientemente spooky para sentir la temporada como se debe.
10 cosas spooky para el final de temporada:
Abracadabra: Un clásico. La mejor película de Halloween de Disney. SJP fue uno de mis primeros crushes, así que sí. No, no he visto la segunda, la quiero ver, pero no me han dado ganas.
Practical Magic: Nunca había visto esta película, pero siempre veía cosas así que me decidí por verla y fue una muy buena decisión. Amé la dupla Nicole Kidman y Sandra Bullock y me enamoré de la estética y la ropa… y todo.
Pearl: No me dio tanto miedo como “X” (que menciono más adelante). Me encantó el contraste entre la cinematografía, los colores, lo brillante, y lo oscuro de la historia.
Scream: Cuatro palabras, dos nombres, Matthew Lillard y Skeet Ulrich.
Scooby Doo: Siempre me dio miedo la serie cuando chica. La veía religiosamente, pero me daba miedo. Las películas me daban menos miedo y ahora las considero un clásico.
X: La con Mia Goth, obviamente. Tuve pesadillas después de verla porque tuve la excelente idea de verla de noche. Lo que sí, la cinematografía es buenísima, las actuaciones también, siempre voy a quedar impresionada con lo bien que actúa Mia Goth en papeles de terror y no me esperaba ver a Jenna Ortega (en algo nada relevante, me quiero disfrazar de Maxine para Halloween)
Entrevista con el Vampiro: la película y la serie. Más la serie que la película para mi gusto, pero deberían ver las dos para tener el punto de comparación. Eventualmente me quiero leer los libros para tener una mejor perspectiva de todo y esperar la segunda temporada (si es que alguna vez se acaba la huelga)
Lovecraft County: Ignorando la decepción que resultó ser el actor principal de la serie (lo han acusado de violencia y abuso, busquenlo ustedes si quieren), es una muy buena serie. Está basada en el libro del mismo nombre, y este utiliza los monstruos de H.P. Lovecraft y la localización de donde, supuestamente, el autor sacó mucha de su inspiración para la trama.
Brujillizas: Nunca voy a ver esta película en inglés porque Brujillizas suena mucho mejor que Twitches. Queda demás decir que gracias a esta película me empezó a gustar la fantasía todas las cosas brujas y eso.
Coraline: Nunca voy a poder ver esta película sin que me de miedo. La primera vez que la vi fue para mi cumpleaños (no sé porque) y creo que nunca más la he visto entera, porque todavía me da miedo.
Ahora si a la tonalidad un poco más seria… creo. Al menos de lo que quería hablar esta semana.
¿Por qué siento que mis metas y mis logros no son relevantes?
Estoy segura de que no puedo ser la única que se sienta así. En mi caso, desde la adolescencia que siento que no tengo porque celebrar mis logros con el resto del mundo. En parte porque nunca me ha gustado ponerme en el centro de la atención (que conste, esto no significa que no me guste la atención) y porque muchas veces me han hecho sentir que, efectivamente, mis logros y celebraciones no importan. Es un poco lo mismo que me pasó al empezar este newsletter, la idea de que a la gente no le iba a importar lo que tengo que decir (algo que ya me han demostrado que no es así)
Mi timidez y el no querer ser percibida realmente me han jugado muchas malas pasadas, y es por eso que he estado tratando de cambiar. He dejado de hacer demasiadas cosas por lo mismo (ver los juegos Panamericanos ha hecho que me arrepienta mucho de haber dejado de jugar volleyball), por el miedo al qué dirán y a la crítica, cuando la verdad es que a la mayoría de las personas no les importa lo que haces, y a los que sí, nunca van a ser lo suficientemente importantes como para que debieran afectar sus comentarios. Me he estado diciendo que las críticas van a ser por ignorancia, celos o porque simplemente no se quieren lo suficiente que tienen que derrumbar al resto.
Sentada en un café de mall en uno de los barrios más ricos de Santiago me doy cuenta que todes, de alguna manera u otra, las personas quieren ser percibidas. Se nota en la forma que caminamos, como nos movemos, a que tiendas entramos cuando vamos a comprar. Cosas tan mundanas como vestirnos en la mañana tiene algo que decir. Hasta las marcas que decidimos mostrar en nuestra ropa y accesorios, como nuestros bolsos (no puedo dejar pasar el hecho de que estoy con una tote bag de Benetton, que dice Benetton en los costados)
Muchas veces podemos ver a alguien en buzo, pero con los lentes de sol, Rayban o hasta Gucci, o YSL y con el último iPhone en la mano. Y honestamente me pregunto ¿por qué no? No hay daño en querer más de la vida, aunque sea solo por cosas materiales, siempre y cuando no nos perdamos en el camino. Como dice la canción de Poison, “if wanting a Good life is such a crime, Lord, then put me away”. No hay daño en querer ser percibides mientras no hagamos daño a la otra persona.
Hay algo que he probado hace mucho tiempo que es esa famosa frase de “fingir hasta lograrlo”, por ejemplo fingir seguridad, confianza cuando por dentro me estoy cayendo de la vergüenza. Puedo decir con seguridad que lo he logrado, con mucho esfuerzo y teniendo que dejar muchas trabas de lado, pero por primera vez en mucho tiempo siento que ya no estoy fingiendo.
Como siempre, no estoy segura a que quiero llegar con esto. Creo que las redes sociales han cambiado mucho nuestra perspectiva de ver las cosas, muchas veces para bien y otras para mal, pero algo que he aprendido es a vivir mi vida como quiero porque es mía, de nadie más. Nadie la va a vivir por mí, y aunque muchas veces me cueste levantarme en las mañanas, se que quiero aspirar a más, se quien quiero ser. Como dije al principio de esta edición, he estado limpiando mis redes de cosas y personas que ya no me suman, relaciones que se sienten forzadas desde hace años con personas que siempre atesoraré en mi corazón, pero es tiempo de dejar ir. Quiero elevar mi vida, hace mucho tiempo se lo que quiero y por fin estoy realmente dispuesta a seguirlo y conseguirlo, y ya no me va a dar vergüenza o pena admitir lo que quiero de la vida solo porque otras personas no estén de acuerdo.



xoxo, Colomba